Un beso

En diciembre de 2009, me tocó la grandiosa experiencia de ser relatora del taller de Periodismo y Literatura que impartió Héctor Abad Faciolince en Caracas con la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Lo recogido por esa relatoría está aquí , aquí y aquí. 

Fue esa experiencia la que me inspiró a crear este blog que tanto abandono.

Héctor es siempre un personaje al que regreso –o que regresa a mí–. Por algún motivo, la vida nos encuentra de tanto en tanto, distante y presente, sin buscarlo.

Una de esas mañanas decembrinas de 2009, Héctor pidió a los talleristas que describieran por escrito un beso que pareciera «vivido y sentido». Los muchachos escribieron sobre explosiones químicas, babas de bebé, lenguas anudadas flotando en el mar. Me quedé con las ganas de hacer algo. Lo hice, lo guardé.

Al cabo de tres años vino uno de esos encuentros inesperados: tomamos con él un taller express de poesía en el Festival Eñe de Madrid, gracias a la invitación del gran Doménico Chiappe. Entonces llevé ese ejercicio tardío y lo convertí en poema.

Esto es lo que quedó:

ASFIXIA

Como el pez betta rojo cereza,

El Luchador de Siam,

que resbala en el suelo con el agua derramada;

serpentea, se ondula, busca oxígeno.

Así es tu lengua.

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